Fiestas religiosas

La celebración de los finados tradición y cambios. "Los Santos y los Fieles Difuntos"

Se festejaban a partir del uno de noviembre, nunca antes. Los santos, un único día; los difuntos, todo el mes.

José Luis Yánez Rodríguez Viernes, 31 de Octubre de 2025 Tiempo de lectura:
EL OSARIO DEL CEMENTERIO DE VEGUETA, EN LA DÉCADA DE 1880EL OSARIO DEL CEMENTERIO DE VEGUETA, EN LA DÉCADA DE 1880

Eran celebraciones diferentes según se viviera en ciudad o campo, según hubiera iglesia cerca o se viviera en un pago a kilómetros de la parroquia. Por ejemplo, en 1912 en la Catedral de Santa Ana, los Santos se animaron con misa, orquesta y voces de la Filarmónica; la plaza se llenó de puestos de castañas y turrón y aumentó “el consumo de anís en homenaje de los finados”.

 

En cambio, en el campo, el rezo de los rosarios que en el ámbito del hogar cerraban la jornada cuando anochecía, se continuaba con las tradiciones ligadas a los finaos a las que se unían las personas que se invitaban o vivían cercanas.

 

Desde inicios de mes, se iba a los cementerios. Flores, rezos, limpieza de lápidas y nichos se complementaban antiguamente con el montaje de los altares, verdaderas joyas de artesanía efímera que algunas familias montaban, incluso con candelabros, velas, jarras y bordados junto a las tumbas de sus parientes.

 

Como escribiera el investigador Batllori y Lorenzo; finados se llamaba a los panes de millo que se vendían por las calles y a las castañas que se jugaban los chiquillos a la perinola, a las que se guisaban con anís o las que se tostaban. Y también al vino dulce, el ponche, el licor de anís, el mejunje, las manzanas francesas, los higos pasados, las nueces, los buñuelos. Todo ello si se consumía en estos días era para “hacer un finao”.

 

También era costumbre en las familias con cortijos o fincas en el campo, traer de todo y regalarse entre ellas las mejores castañas, manzanas y otros productos. Y los finaos, como golosinas, se jugaban en las casas a la perinola con el típico “pon, saca, deja, cruz”.

 

Además, las casas se llenaban de luces por los muertos, las lamparillas o mariposas; aquellos trocitos de corcho circulares en los que se habían colocado pequeños pabilos y flotando sobre aceite y agua se prendían en recuerdo de nuestras ánimas añoradas, como alumbrando su camino en ese otro mundo desde el que nos miraban.

 

[Img #33423]

 

Más anhelantes si lo hacían desde el Purgatorio, ya que, si sus pecados eran sólo veniales, el primer sábado siguiente al de su fallecimiento, Nuestra Señora del Carmen los llevaría al cielo con el escapulario. La escritora María Dolores de la Fe, con su peculiar gracia, decía que cuando era chica y chinchosa, se explicaba a sí misma que si un devoto moría antes de las doce de la noche del viernes, prácticamente gozaría de la bienaventuranza eterna en unas pocas horas; y los más retrasados vendrían siendo los que fallecieran en la mañana del domingo, que tendrían que esperar prácticamente toda una semana.

 

En medio de lluvias, juegos, rosarios y conversadas, las campanas de las iglesias de villas y ciudades doblaban sonora y permanentemente, recordando a todos lo de “Recuerdahombre, que polvo eres y al polvo volverás”.

 

La celebración de los finados movía cultura, costumbres, cocina, literatura desde jugar al recotín a recitar antiguas coplas. Y pedir limosna para misas, aunque no todo el mundo cumplía con el encargo de destinarlo a lo que era. Miguel de Cervantes en su obra “El gallardo español” publicada junto a otras en 1615 decía Como saben todos que no ay ánima a quien haga dezir solo vn responso, si me dan medio quarto es por milagro, y assí pienso pedir para mi cuerpo, y no para las ánimas” 

 

Juan del Río Ayala escribió que esta celebración tenía visos “de un ancestral rito funerario enquistado en el cristianismo como residuo de viejas culturas paganas. Al fin esta práctica de los banquetes funerarios tiene otra trascendencia en las ofrendas de pan, cera y vino, hechas sobre las sepulturas de las iglesias en Canarias durante los siglos XVI, XVII y XVIII y aún señaladas en los testamentos en especialísimas cláusulas”.

 

Todo esto comenzó a cambiar en torno a los años sesenta del pasado siglo. Modificaciones en cuestiones religiosas y de otra índole casi las hicieron desaparecer; pero nunca en el tema de la cercanía a los fallecidos en los cementerios. Esto se ha mantenido siempre en completa plenitud.

 

[Img #33424]

 

LOS FINADOS. LOS MUERTOS Y SUS ÁNIMAS

 

Tanto el Halloween (víspera de Todos los Santos) como los Finaos (a partir de la víspera de los Fieles Difuntos) hunden sus raíces en las mismas tradiciones celtas, cristianas y aún anteriores; pero por razones obvias han tenido un discurrir diferente. Detrás de ambas se deja traslucir un arcano miedo a la muerte, mezclado con superstición, magia y esoterismo.

 

La constancia histórica nos asegura que el emperador bizantino Focas hizo donación del célebre Panteón de Agripa, dedicado a todos los dioses, al papa Bonifacio IV en el año 608, que lo transformó en iglesia cristiana bajo la advocación de “Santa María de los Mártires”.

 

Veintiocho carretas de huesos sagrados de mártires de inicios de la era cristiana fueron sacadas de las catacumbas y las osamentas colocadas en un recipiente de pórfido bajo su altar mayor.

 

La fiesta de Todos los Santos comenzó desde entonces a celebrarse el 13 de mayo; el Papa Gregorio III en el 741 la cambió al 1 de noviembre y en el 840, Gregorio IV la elevó a Fiesta Universal. Para completar la tradición tal como nos ha llegado, el año 998 San Odilón, abad del Monasterio francés de Cluny, añadió la celebración del 2 de noviembre como fiesta en recuerdo de las almas de los católicos fallecidos, por lo que se denominó de los Fieles Difuntos.

 

A partir del Concilio de Trento, y como los protestantes negaban la posibilidad de salvación de las almas y con ello la razón misma de la existencia del Purgatorio, esta fiesta se afianzó aún más y los templos católicos se llenaron de cuadros de ánimas que dejaban bien claro lo que podían estar pasando nuestros fallecidos parientes y lo fácil que resultaba para nosotros salvarles; aunque estaba claro que, tal como recitaban antiguamente, “vale más una misa que doscientas velas que en el Purgatorio ya tienen candela”.

 

El concilio reafirmó que las almas que “mueren en gracia de Dios pero con penas temporales pendientes deben pasar por el purgatorio para ser purificadas antes de entrar al cielo. Es un estado de purificación final para alcanzar la santidad necesaria para entrar en el Cielo”. Que las oraciones pueden ayudar a aliviar y abreviar estas penas; recibir ayuda a través de los sufragios de los fieles, las buenas obras y el sacrificio de la misa de los vivos son útiles para los difuntos, ya que pueden aliviar sus penas y acortar su estancia en el purgatorio. De tal manera que hasta de las indulgencias obtenidas por sus actos a los vivos, se podían beneficiar los muertos. Como en 1904, cuando se expresa por parte del clero que se concedía “indulgencia plenaria á todo el que colectivamente ó solo acuda en peregrinación á Roma, siempre que confesado y comulgado visite la Basílica de San Pedro y de Santa María la Mayor. Que todas estas indulgencias sean aplicables á las ánimas benditas del Purgatorio”

 

Por ello, la conmemoración en recuerdo emotivo de los fallecidos, los fieles difuntos, los finados, se realiza el 2 de noviembre y las distintas formas de conmemorarlo comenzaban el día anterior, festividad de todos los Santos. Jamás en octubre.

 

Es ésta, costumbre antigua, pues ya en 1525, en el testamento de Alonso Fernández de Lugo se establecía que el día de su fallecimiento y “el día de los finados se diga una vigilia e misa cantada”.

 

[Img #33425]

 

En el Diccionario Histórico del Español de Canarias aparece reseñada una de las crónicas de Alonso Quesada en la que éste dice que “los señores de Galindo han celebrado sus finados. ¿Cómo? ¿Celebran sus muertos? No, no. Los muertos de ellos solos, no. Han celebrado los muertos en general. Se han sentado alrededor de una mesa y con dos o tres amigos se han puesto a comer castañas guisadas y ponche. Estos finados que celebran nuestros amigos más bien parecen nacidos, tal es el contento que ponen en guisar las castañas”.

 

Volvieron nuevamente en los ochenta en su parte festiva, pero modificados de hogareños a públicos; de familiares a institucionales; manteniendo parte de lo que les caracterizó durante siglos, pero cambiándolo de fecha y aderezándolos con taifas y otros componentes folclóricos; cuando ya las primeras celebraciones del Halloween empezaban también a estar presentes en las islas.

 

Por ello, reitero que colocar la celebración de los Finaos el 31 de octubre es interesante en el sentido de alargar la juerga, ya que al día siguientes es festivo; pero que no debe guarecerse esta decisión en el “respeto a la tradición”, ya que lo histórico y lo que respondía a lo acostumbrado era la tarde-noche del 1 de noviembre.

 

EL NOVENARIO DE LAS ÁNIMAS

 

Era costumbre asimismo celebrar posteriormente un novenario de misas en memoria de los fieles difuntos, que comenzaba en su víspera -la tarde del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos- o en la tarde siguiente -el 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos-. El dinero depositado por los fieles en el retablo de Ánimas o el de la recogida que se hacía por las casas con el ¿Hay santos? se destinaba a estas misas; junto también a las que se hacían en encargo por personas concretas y a las que se solía inviar a la familia y amistades que las conocieron. En muchos lugares, se retiraban las flores que adornaban altares y retablos y se disponían candelabros y candeleros para, además, utilizar las velas que eran donadas por feligreses. En estas celebraciones, ocupaban un papel relevante los retablos de Ánimas.

 

[Img #33420]

 

LOS CASTAÑEROS Y LAS CASTAÑAS

 

Según muchos investigadores, el castañero, en esta su pronunciación derivada del portugués, acompaña a los canarios desde poco después de la conquista e, incluso, algunos afirman que antes; pero sería en el siglo XVIII cuando por sus múltiples utilidades, más se promocionó y protegió la extensión de su cultivo.

 

Rubén Naranjo y Vicente Escobio, en su trabajo sobre este tema, nos aportan datos sobre una concesión de tierras en el Barranco de la Virgen hace más de dos siglos a Pedro Domínguez, al que se le pone como condición “que en el presente invierno y en los subsesivos que susista este arrendamiento a de hacer dos semilleros vno con medio millar de Nueses y otro con medio almud de Castañas para que cuando estén en proporción se pongan en las laderas y partes que se señale por el que corra con el cuidado de toda aquella propiedad y si faltare a dicha condición y a cuidar de los Arboles ya plantados, desde ahora quede incurso en la pena de ocho reales de plata por cada semillero que no hubiese puesto y de dos reales si por su descuido se perdiese”.

 

Interesante datación la de este documento, que pudiera ser el origen de muchos de los ejemplares de los que hoy disfrutamos desde Cueva Corcho, Valleseco, a los altos de Guía; desde las feraces tierras de la Vega de San Mateo a la umbría de los cortijos de Osorio y San Isidro en Teror.

 

Viera y Clavijo decía que era “árbol que complaciéndose en el clima de nuestras principales islas, hermosea sus medianías y sus altos, se cultiva con toda prosperidad y utilidad en los altos de la Orotava y en los Realejos de Tenerife; en los de San Isidro de Teror en Canaria; en los de la isla de La Palma, Gomera, etc.”

 

[Img #33422]

 

Sería en esos lugares donde más medrarían los castañeros, por lo que las referencias documentales son más abundantes. En el Diario del Vizconde de Buen Paso aparece que el 27 de noviembre de 1802 le llegó recado de su hermana, diciéndole que el Marqués de Villanueva del Prado buscaba “algunos almendros, morales y castañeros, así como de media vara poco más o menos y que vengan con buena raíz; son para un inglés que va de gobernador a la Trinidad”.

 

Hace más de un siglo, en los altos de Teror, alrededor del Cortijo y Ermita de San Isidro, aún por entonces pertenecientes a la familia Massieu, un anónimo cronista señalaba el lirismo de la fiesta del santo labrador entre el boscoso entorno, donde se veía las romerías discurrir por las veredas “entre montañas presentándonos a hermosas mujeres elegantemente ataviadas y descansando sobre sus cabalgaduras cubiertas con colchas multicolores tejidas en el país; y bajo aquél bosque de frondosos castañeros, las cajas de turrón, los tercios de vino, las cestas de fruta, los blancos ventorrillos, los bailes característicos del terruño y el chisporroteo de ardientes piropos”

 

Todo era esplendor y serenidad a la par en medio de los castañeros. Bien lo observó Miguel de Unamuno cuando en junio de 1910 visitó nuestra isla y en Teror pudo verlos en Osorio, propiedad de Adán del Castillo y Dolores Manrique, y así escribió cuando llegó al Hotel Royal de la terorense calle de La Herrería.

 

[Img #33431]

 

El frondosísimo castañar de Osorio me recordaba más de un rincón de mi nativa tierra vasca. Y allí, en aquel castañar de Osorio, me tendí a la caída de una tarde hasta ver acostarse las colinas en la serenidad del anochecer”

 

Las castañas tostadas al salir de misa de Pascua o la próxima celebración de los finados son la constatación de esta secular relación y aprovechamiento de los frutos de lustrosa apariencia.

 

Domingo José Navarro, a fines del siglo XIX, escribía lo siguiente refiriéndose a los festejos que rodeaban en nuestra tierra los primeros días de noviembre.

 

[Img #33421]

 

Se reunían las familias a jugar a la perinola, comiendo castañas y dulces, que saboreaban con buenas copas de vino rancio y con licores, en festiva francachela, cuentecillos chistosos y alegres bromas”.

 

Los castañeros daban sus frutos precipitadamente en unos pocos días; y se consumían con matalahúva para evitar las flatulencias de su lenta digestión.

 

Necesitan las lluvias para nacer y para engordar; y necesitan las lluvias para abrir los erizos y regar todo el suelo alrededor de sus troncos; por lo que este año estarán escasas y rabujientas. Y caras, todo hay que decirlo.

 

Es semilla perecedera, no dura mucho, por lo que hay que proceder y apañarlas con presteza. A los mercadillos y a las casas llegaban por cestas para gentes y animales. Ya Viera y Clavijo decía que eran “buen manjar parar engordar los cochinos”

 

[Img #33427]

 

EL RANCHO DE ÁNIMAS DE LOS ARBEJALES DE TEROR

 

Terminando el mes de los muertos, comenzaba el Rancho de Ánimas su caminar de pueblo en pueblo, por veredas, iglesias y casas. No eran, tal como aparece erróneamente en algunos escritos, ranchos parranderos que cerraban con juergas callejeras las hogareñas celebraciones de finados.

 

Al escucharle, debía elevarse el alma profunda, el sentimiento más escondido, para comenzar a rozar ligeramente la sencilla, escueta y concentrada espiritualidad que nos ofrecían. El rancho se preparaba; las gargantas se aclaraban; la espada se afilaba con el viento para dar su mejor timbre; la mano nervuda, dura, del agricultor severo, se posaba tensa sobre el pandero y empezaba el rancho. Los sones seculares, patinados con el lustre de años y años creando cultura, rasgaban como un suspiro el aire y su monótona y conmovedora salmodia principiaba, a la vez terrena y espiritual, a lanzar para Dios y para hombres y mujeres sus palabras repetidas y nuevas.

 

Un choque brusco nos conmovía. Los surcos de la tierra que ocupaban durante el día a muchos de estos rancheros y rancheras son sustituidos, en un momento singular que experimentan casi sin darse cuenta, tanto ellos como los que les escuchaban, por los surcos del espíritu; y su cosecha, renovada año tras año, era la absoluta certidumbre de estar haciendo algo bueno. Algo bueno para el alma y bueno para la tierra que les sustentaba.

 

Su designación como Bien de Interés Cultural de Canarias no es más que el reconocimiento de sus altísimos valores.

 

[Img #33429]

 

Así elevaban al cielo sus peticiones:

 

La misa es la llave para destrancar

aquel purgatorio que trancado está

La misa es la llave con que se destranca

aquel purgatorio donde están las almas

donde vamos todos a purificar

Por eso este rancho va de casa en casa

en nombre de Dios y de todas las almas

pidiendo para ellas una caridad

Luego ese dinero pasa a la parroquia

si en esa no pueden lo pasan a otra

en misa por las almas se habrá de aplicar

Del que reunimos en esta parroquia

le hacemos entrega de una parte ahora

después el reparto a vos tocará

Lo repartirá como corresponda

vos sabéis muy bien de aquel sacerdote

que no tiene misa Señor que aplicar

Si al dar la limosna nos pidieran canto

pues muy complaciente nosotros cantamos

y también con ello oración se hará

Terminamos siempre pues agradeciendo

a aquellas personas que nos dan dinero

que Dios nuestro padre se lo pagará.

Todos los difuntos que usted tenga allá

reciban el premio de su caridad

porque para todos su limosna alcanza

Y todas las almas de aquel Purgatorio

nos están pidiendo a usted y a nosotros

que no las olvidemos en nuestras plegarias”

-

De la otra vida a voces nos llaman

con mucho dolor las Benditas Almas

Porque ellas se encuentran allí padeciendo

en el Purgatorio muy duros tormentos”

-

En el Purgatorio donde están las almas

podemos estar nosotros mañana

En el Purgatorio en la otra vida

podemos estar también algún día

porque no tenemos la vida trancada

Si al morir llevamos de aquí alguna mancha

tenemos que ir a purificarla

pues nada manchado en el Cielo entraba”

 

¿FINADOS O FINAOS?

 

La Academia Canaria de la Lengua nos aclara que en la palabra finao se refleja la caída de la -d- intervocálica que es frecuente en el habla popular de muchas zonas del archipiélago, sobre todo en la terminación -ado.

 

En algunas islas, muy particularmente en Gran Canaria, se ha normalizado el uso descrito, y puede escucharse o leerse en registros formales, como son los propios de la prensa o de la comunicación institucional, sobre todo en la expresión Fiesta de finaos o Los finaos.

 

Tras ello se encuentra muy probablemente la intención de destacar el carácter tradicional y popular de esta celebración.

 

En la isla de Tenerife, donde es menos frecuente, en términos generales, la caída de -d- intervocálica en el habla popular, se mantiene Fiesta de finados en el uso oral y escrito.

 

Nos encontramos ante el nombre de una celebración particular, por lo que puede admitirse también el uso escrito finaos frente a finados.

 

[Img #33430]

 

COPLAS Y ROMANCILLO

ROMANCILLO DE FINADOS

Ya se acaba el mes de octubre

y ya menguan los calores;

familias y amigos juntan

a sus difuntos, fervores.

Que llega la Noche de Ánimas

recordando a los mayores

mi casa lleno de amigos

y recuerdo sus amores.

Recogidas ya las nueces

del nogal de Valleseco.

Se curaron en los patios

preparadas con esmeros.

Las castañas se apañaron

con primura y con presteza

que si no se comen pronto

es manjar que se avejenta.

La sal en el tostador

espera la castañada;

y las copas de licor

que el anís, barriga aplaca.

Sacamos mantelerías

de algodón y buen bordado,

que la ocasión lo merece

por ser Noche de Finados.

La casa ya es tradición

amigos y parentelas,

granos de matalahuva

aromas de pan y fiesta.

Enciendo las lamparillas

en vasos de aceite y agua;

que el humo eleve hasta el cielo

oraciones por las Almas.

Y entre flores de azucenas

crisantemos azul-mar

con jarras de porcelana

el ajuar para mi altar.

Y río con las vecinas

al recordar lo pasado.

¡Cómo era mi abuelita!

¡Y Juanito, que pesado!

Coloco los taburetes

la mesa voy preparando

de la misa ya volvemos

a celebrar los Finaos”

José Luis Yánez

 

[Img #33428]

 

COPLAS

Anís para los sofocos,

Castañas pa’ la gazuza

Y lanzarte mil piropos

Pa’ agarrarme a tu cintura”

 

La blusa desabrochada,

Los pantalones rasgados,

¿De dónde vienes tú, penco,

Si te fuiste a los Finados?

 

Si me obligan a elegir

Si estar vivo o estar muerto

Prefiero morir mil veces

Y al Purgatorio ir contigo”

 

A la luz de una candela

Quiero tenerte a mi lado,

Con castañas y buen vino

Hacer Noche a los Finados”

 

Al tejo yo jugué antier,

Ayer a lanzar los dados

Hoy quiero jugar a prendas

Porque es Noche de Finados”

 

De la vida hasta la muerte

El caminito está abierto

Celebra el tener la suerte

De estar vivo y no estar muerto”

 

Por tu alma encenderé

El pabilo de una vela

Si me juras el amor

Que mi corazón recela”

José Luis Yánez

[Img #33432]

 

La cultura y sus manifestaciones son cambiantes; si no, no sería cultura.

 

Pero debe aclararse la razón de los cambios, las fechas exactas, el porqué hay un baile donde antes había un rosario. De ese conocimiento nace la correcta participación del pueblo en el origen de celebraciones como ésta y cómo han llegado a ser lo que son en la actualidad.

 

Cómo escribió hace casi ocho siglos el rey Alfonso X el Sabio en su obra El Espéculo, e este es el poder que les dio en razón de las ánimas, que tañe en todas cosas de lo espiritual”.

 

El tañido de lo espiritual late en el fondo del alma de todos los pueblos y hay que reconocerlo y respetarlo; para luego poder avanzar en la vida.

 

José Luis Yánez Rodríguez

Cronista Oficial de Teror

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.120

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.