Microrrelato: Ideas sin importancia
- JOSEFA MOLINA
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Sabía que no eran más que pequeñeces, ideas sin importancia que rondaban su mente de vez en cuando. Aún así, decidió ir a la iglesia. Quizá el hablar con el sacerdote le hiciera bien. No en vano, él la había bautizado y había sido el encargado de oficiar su primera comunión.
Ahora que estaba pasando por aquella mala etapa de dudas y de desconciertos, ¿qué mejor que su párroco para hablar? En el fondo, era consciente de que lo óptimo sería buscarse un psicólogo pero, al fin y al cabo, un cura también podía hacer las veces de psicoterapeuta. Además, se iba a casar, iba a contraer matrimonio en tan solo dos semanas en aquella misma iglesia, frente a aquel mismo párroco. Era, pues, el lugar perfecto y la persona perfecta para aclarar aquellas ideas sin importancia.
Se bajó del coche y se encaminó hacia el templo. Encontró al párroco justo donde debía de estar: en el confesionario. Se arrodilló y le transmitió entre susurros los asuntos que rondaban su mente. El hombre escuchó en profundo silencio. De pronto, un ruido sordo sonó al otro lado del ventanuco del confesionario, y unos pasos se perdieron a la carrera retumbando con un eco casi aterrador entre las altas paredes de piedra y las cristaleras de colores.
Se levantó y miró perpleja fuera del mueble donde los pecados se redimían a base de padrenuestros y avemarías. El sacerdote había desaparecido. Levantó los hombros en un gesto de indiferencia. Parece que eso de casarse en cuartas nupcias para envenenar al marido en la misma noche de bodas, no era muy del agrado del vicario. Y no entendía el por qué...¡con lo hermoso que habían sido los entierros de sus últimos tres maridos! En fin, tocaba matar al cura, aunque pensándolo bien... ¿para qué?, para algo se había inventado el secreto de confesión, ¿no?
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3 comentarios
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Desde estas líneas, me gustaría agradecer los comentarios tanto de Auxiliadora como "lector" porque gracias a su apoyo y al de otras personas que leen los relatos publicados en la sección de Microrrelatos de Infonortedigital, esta sección crece así como aumentan los ánimos de los que, como yo, nos animamos a mandar pequeños relatos para su publicación. Gracias a los lectores y gracias al diario digital.
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Quiero dar las gracias a todos y todas las participantes en esta sección, por abrirnos una ventana a la literatura, alejarnos de la más que triste realidad informativa diaria, ofreciendo un espacio para el entretenimiento, la reflexión y el hábito de lectura sana. Enhorabuena a los participantes y al medio que lo hace posible.
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Como buena amante de la lectura estoy encantada con esta nueva apuesta en Gáldar, con esta sesión de microrrelatos que me tiene enganchada y con la que disfruto mucho.
Muchas felicidades a las personas que lo hacen posible y muchas gracias Josefa Molina porque sus pequeñasa historia, en muchas ocasiones tragicómicas, me transporta a otros escenarios.
Espero que sigan adelante....