
El sol de esta mañana de Martes de Carnaval, tan significativa fecha, se vistió de arcoíris en la jornada más bien húmeda. Las lluvias de la tarde anterior aún desprendían una especial luminosidad al cambiar de color a las plantas y a las flores del camino y despejar, después, la realidad: todo parecía aclarar y encender el día. Desconocemos si la tranquilidad mañanera tuvo algo que ver, pero sí les podemos asegurar que la mirada se ofrecía distinta, totalmente renovada. Por eso el sol de hoy resulta tan primordial en los finales de los inviernos que han transcurrido con más calor del acostumbrado.
Juan FERRERA GIL
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