
La fiesta continuó con la Romería, uno de los actos más esperados y sentidos de Las Marías. Y quise vivirlo, como siempre, desde dentro.
Un mar de trajes típicos llenó las calles, las mujeres, con sus faldas de rayas multicolores, chalecos bordados y pañuelos en la cabeza, los hombres, con chalecos, sombreros de palma y fajines que dan ese aire auténtico de nuestra tierra.
Las carretas y carros iban engalanados con eucalipto, flores, mazorcas, racimos de plátanos y piñas de millo, cargados de la riqueza que nos regala el campo, y tirados con orgullo por bueyes y vacas que también forman parte esencial de esta tradición.
Por todo el casco histórico, los balcones se vistieron de fiesta con colchas antiguas y ramos y objetos tradicionales que ondeaban como si también celebraran.
El sonido lo envolvía todo, los bucios, con su eco ancestral, las parrandas y los cantos populares que se mezclaban con el bullicio alegre de la gente.
La Romería de Las Marías es considerada una de las más puras y bellas de Canarias. Y basta estar ahí para sentir por qué, porque en cada paso late la tradición, en cada carreta florece la devoción, y en cada rincón vibra el folclore que nos identifica como pueblo.
Con muchísima ilusión quise llevarles estas imágenes desde dentro, para que juntos sigamos celebrando este legado que une a generaciones. Y que también quienes no pudieron estar presentes lo revivan conmigo y lo disfruten tanto como yo.
Porque Las Marías no son solo fiesta, son emoción, son raíz, son historia viva de Guía.
Este vídeo es solo la primera parte. Muy pronto compartiré la segunda, con el desfile de grupos folclóricos y las carretas frente a la iglesia.
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