Quesos mongoles

Quico Espino

Foto: José Manuel Quesada MedinaFoto: José Manuel Quesada Medina

Según me dijo mi amigo Jose, que fue el que viajó a Mongolia este verano recién acabado, el queso, más duro que un risco, colocado sobre un chamizo de cañas, es uno de los alimentos principales de los nómadas, cuya población ronda el treinta por ciento de los tres millones y medio de habitantes que tiene el país, según el censo de 2023.  Una nación que no tiene salida al mar, y que es la decimo novena más grande del mundo, con más de un millón y medio de kilómetros cuadrados, por lo cual consta de una de las densidades más bajas del planeta.
 
El queso es de yak, uno de los animales más comunes de la zona, y aquí vemos a una señora que, sentada sobre un armazón de madera que le hace de butaca, ordeña a una de las hembras:
 
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Evoco entonces mi infancia, con mi madre ordeñando una cabra y mis dos hermanos pequeños y yo, con escudillas en las manos, esperando que nos tocara el turno. Poníamos la escudilla bajo la ubre de la cabra para que mi madre nos la llenara y nos esperábamos a que terminara la faena; luego abría la lata del gofio, en cuya parte superior había una pala pequeña, que usábamos para esparcir el gofio sobre la leche, un amasijo apelotonado que nos tomábamos mientras mi madre nos describía las montañas y las nubes del ocaso, en las que ella siempre veía figuras distintas: dragones voladores que echaban fuego por la boca, princesas reposando, caballos al galope por el cielo, gacelas huyendo de los predadores…
 
Mongolia, que es conocida como “la tierra del eterno cielo azul”, porque tiene más de 250 días soleados al año, está compuesta en su mayoría por vastas praderas que conforman las estepas, como la del desierto del Gobi,
 
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… al sur, donde linda con China, que se caracterizan por horizontes inmensos, suaves colinas y una rica fauna salvaje que se ha adaptado a dichas condiciones, como resulta ser la gacela de Mongolia o el caballo Przewalski, junto a los mamíferos silvestres como la saiga (ratones saltarines), la marmota, el lobo, aparte de los animales más domésticos como las cabras, vacas, yaks y camellos.
 
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Los nómadas, que son todos musulmanes, aunque el budismo tibetano es la religión mayoritaria, suelen pasar las noches en yurtas mongolas o gergs, como la que aparece en la siguiente fotografía en medio de la estepa,
 
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… una vivienda tradicional, movible y redonda, hecha de madera y cubierta de lana que aguanta condiciones climáticas extremas y que permite a los trashumantes  seguir el movimiento del ganado.

 

Pero no todo son estepas en Mongolia. También hay grandes lagos,

 

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… como el Jar-us, y ríos larguísimos, como el Selengá, que nace al norte del país, mirando al centro sur de Siberia. Se le considera el quinto río más largo del mundo, con más de mil kilómetros de recorrido. Fluye en dirección noreste y va a desaguar en el lago Baikal.

 

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El río Selengá, como el resto de los mil doscientos que hay en Mongolia, se hiela en invierno, aunque la nieve empieza a verse antes en las montañas del norte, así como por el oeste, donde están los Montes Altái y el pico más alto del país, 4373 metros, llamado Juiten.

 

No hay ríos en Canarias, sólo barrancos que corren de vez en cuando si la lluvia es abundante, arrastrando palos, tierra y piedras que preñan la mar al mezclarse con las olas. En uno de esos barrancos, Culo Pesado, en Ingenio, solía bañarme en los charcos y cascadas que se formaban al paso del agua. Un rancho de chiquillos corríamos por sus veriles y nos metíamos en la cueva que era nuestro cuartel general, en donde nos refugiamos cuando vimos el cielo tupido de cigarras que, en menos de una hora, no dejaron ni una brizna verde en aquellos campos llenos de plantaciones y de frutales. También nos guarecíamos en la cueva cuando hacía frío.

 

No tanto como en Mongolia, donde el frío es mucho más intenso, sobre todo en las cumbres montañosas del norte que lindan con Siberia. Allí las temperaturas, en invierno, pueden llegar a menos sesenta grados centígrados.

 

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No es extraño que se formen auténticos glaciares, que parecen ríos helados que inundan la montaña

 

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…y se muestren como espectaculares a nuestros ojos, poco hechos a la nieve y al hielo. Llama la atención que Ulán Bator, la capital del estado, registre la temperatura media anual más baja del mundo.

 

Mongolia, el imperio de Gengis Kan y de Kublai Kan, que ganó gran fama en los siglos XIII y XIV debido a los escritos de Marco Polo, se rige actualmente por la Constitución de 1992, la cual marcó la transición a la democracia representativa del país.

 

He escrito dos veces sobre este hermoso e inmenso país, sin conocerlo en persona, y creo que cuando vaya a visitarlo tendré la ya sabida sensación, expresada en francés, de haber estado ahí, de que todo lo que vea me resultará familiar.

 

Texto: Quico Espino.

Información y fotografías: José Manuel Quesada Medina

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