
El Estadio Municipal de Sardina albergó la noche del sábado el arranque de la temporada 2025-2026, en un ambiente cargado de emoción y simbolismo. Antes del pitido inicial, se rindió homenaje a Doña María del Mar Sosa Perdomo, Reina de las Fiestas en honor a San Pedro González Telmo y la Virgen del Carmen, conocida también como Miss Leidy. Además, se colocó un centro de flores en el círculo central del campo y se guardó un minuto de silencio por los vecinos del barrio fallecidos, especialmente aquellos que dedicaron su tiempo y esfuerzo al club local.
Con el corazón lleno y el ánimo alto, el balón echó a rodar a las 20:31 horas. Sin embargo, desde los primeros compases, el Cardone mostró su ambición, presionando con tres hombres en punta y obligando al portero local a emplearse a fondo.
El partido transcurría con igualdad en el marcador hasta que, en el minuto 30, un saque de esquina por la derecha acabó en un infortunado despeje del defensor local Joel, cuyo intento de rechace terminó con el balón alojado en su propia portería. Un autogol que puso el 0-1 en el marcador y descolocó a los de casa.
A pesar del golpe, el Sardina no bajó los brazos y tuvo su ocasión más clara justo antes del descanso. Un contraataque bien llevado terminó con un disparo cruzado que rozó el poste, pero el balón no quiso entrar. Con ello, el árbitro decretó el final de la primera mitad con ventaja mínima para el Cardones.
Ya en la segunda parte, cuando apenas habían pasado 15 minutos, llegó el segundo gol visitante: una jugada bien trenzada por el Cardones terminó con un remate de Roberto Carlos al segundo palo imposible de detener. 0-2 y el golpe anímico fue evidente.
Con más corazón que fútbol, el Sardina intentó reaccionar, pero la falta de acoplamiento y de rodaje pesó como una losa. Apenas lograron inquietar la portería rival y, como dato preocupante, no realizaron ni un solo disparo entre los tres palos en todo el encuentro. El equipo, que solo conserva cuatro jugadores de la pasada campaña, evidenció que aún está en plena fase de construcción.
La escasa recaudación del partido, cifrada en apenas 130 euros, también dejó en evidencia la falta de apoyo inicial, una situación que puede agravarse si los resultados no acompañan y la ilusión del aficionado comienza a apagarse.
El partido finalizó con el 0-2 definitivo y la sensación de que hay mucho por trabajar. Pero también con el compromiso y la esperanza de que este Sardina, aunque joven y en formación, pueda encontrar su identidad y volver a ilusionar a su gente.
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