La bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones en Canarias no solo ha provocado un agujero de al menos 36 millones de euros anuales en las arcas públicas, sino que tampoco ha cumplido con uno de sus principales objetivos: aflorar la declaración de herencias en el Archipiélago, más estancada que antes de la rebaja fiscal. Vamos, que para este viaje no se necesitaban tantas alforjas.
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