La Playa del Burrero y el Plan General de Ordenación

Juan Ramón Hernández Valerón.

[Img #32956]A los vecinos de la Playa del Burrero parece que nos toca de nuevo volver a “hacer la maleta” como decía nuestro gran poeta Pedro Lezcano, o al menos, tenerla preparada por si “salimos de viaje”. Y es que no ganamos para sustos y sobresaltos desde que en este barrio playero se comenzó a levantar las primeras viviendas.
 
La historia, desgraciadamente, no es nueva. Comenzó en los años treinta del siglo XX, con la puesta en marcha del aeropuerto insular en terreno de los municipios de Ingenio y de Telde. En 1933 se realiza el primer vuelo con pasajeros. Si bien es verdad que supuso una fuente de trabajo para algunos de nuestros habitantes, todos de baja cualificación, también es cierto que ocupó una gran extensión de terreno en la franja litoral, siendo el barrio de Las Puntillas el principal afectado, que vio colapsado para siempre su desarrollo, quedando estrangulado entre el Aeropuerto y el ensanche de la autovía, sin capacidad para expandirse en ninguna dirección, sufriendo el ruido incesante de los aviones. El barrio quedó reducido a dos calles que hoy sirven de testimonio vivo en la historia municipal. 
 
Debo recordar que el municipio de Ingenio tiene una extensión aproximada de 38 Km2, en los que habitan unos 32.000 habitantes. Su franja costera, donde se encuentra el aeropuerto,  es de apenas unos tres kilómetros. Salvo los pocos trabajos ofrecidos a sus habitantes, el municipio no dispuso de compensación económica durante la mayor parte de su historia por  haber sido ocupado su suelo con una infraestructura de la que se beneficiaban todos los demás pueblos de la isla. Hace pocos años que, después de muchas reivindicaciones, goza de esa compensación.
 
Por otro lado, hay que señalar que dicho Aeropuerto impidió también un desarrollo más amplio, por no poder disponer el Ayuntamiento de los terrenos cercanos al mismo, por la parte oeste, de una zona industrial que se vio reducida a su mínima expresión.
 
Pero no terminan aquí las amarguras para los estoicos habitantes de este municipio. Hace veinte o veinticinco años (estoy siempre hablando de memoria, y el lector es consciente de lo débil que esta es) se nos volvió a encoger el corazón al proyectarse una tercera pista en dicho aeropuerto. Se nos vendió la idea, y se nos machacó hasta lo indecible, que la isla la necesitaba con urgencia, porque el volumen de pasajeros había aumentado y bla, bla, bla. Ello significaba dejar libre otra gran extensión de terreno en la franja costera y que, además, afectaría a un barrio costero de Agüimes, a gran parte del núcleo urbano de Carrizal, al barrio del Burrero, que seguía sin levantar cabeza, y a Las Puntillas. A todos estos se sumaría el barrio de Ojos de Garza, perteneciente al municipio de Telde. 
 
Hay que recordar también que el Aeropuerto restringió, aún más si cabe, nuestra raquítica franja costera, pues el municipio contaba con alguna otra zona apta para el baño a la que ahora no podemos acceder, “por motivos de seguridad”, dicen, y para dejarlo claro colocaron una alambrada hace muchos años y pusieron vigilancia militar. 
 
Cincuenta años después siguen diciendo lo mismo, de tal manera que los ciudadanos de nuestro municipio no pueden acceder a las pequeñas calas aledañas al aeropuerto ni a la playa de Gando, y ni tan siquiera que haya un uso compartido de la misma a pesar de todos los intentos que han realizado los distintos gobiernos democráticos. Para resumir la situación: los vecinos no podemos disfrutar del baño en Gando, pero los militares, sus familiares, amigos, conocidos y quienes ellos quieran, sí. El jefe de la Base Aérea es el que tiene la potestad de decidir quién puede y quién no puede, alegando motivos de seguridad. A todas luces, Gando es una playa privada.
 
Ahora, según la prensa y la información dada por las Autoridades Locales el pasado jueves, los vecinos de la playa de El Burrero tienen un nuevo frente abierto: se dejará fuera de ordenación las viviendas de primera línea, lo que hipotecará su crecimiento, según se refleja en el Plan General de Ordenación, en la incoación del expediente de 29 de septiembre de 2025 publicado en el BOC de las Palmas. Parece ser que afectará a unos 3.500 metros del litoral. Y que es un deslinde aprobado por Orden Ministerial de 22 de mayo de 1986 e impulsado por la Demarcación de Costas de Canarias. 
 
El mismo fue rechazado por el Ayuntamiento al considerarlo lesivo para los intereses del municipio porque afecta a todo el barrio del Burrero de una u otra forma: la línea de servidumbre de protección desde la costa se amplía a 100 metros hacia el interior, una serie de viviendas de primera línea quedan dentro de esta servidumbre de protección, por lo que solo se permitirán en ellas obras de rehabilitación y conservación, pero no obra nueva.
 
Total: si la franja costera es ya bastante reducida y una gran parte está ocupada por el Aeropuerto, las posibilidades de desarrollo no existirán.
A veces uno no sabe qué pensar. Tienes un cierto sentimiento de frustración porque ninguna iniciativa que han tenido los distintos gobiernos se han podido llevar a cabo. Es como si el municipio en su franja costera tuviera sobre sí una continua espada de Damocles que no te permite movimiento alguno. Nada o casi nada podemos hacer en nuestro litoral. Su desarrollo urbano es tan limitado, está tan constreñido, que llama poderosamente la atención. Solo se le ha permitido expandirse (y me parece esta una palabra excesiva en sí misma), de Norte a Sur desde el barranco de los Aromeros hasta la calle Corsa, unos escasos trescientos metros. 
 
Desde aquí hasta el barranco de Guayadeque, que es nuestro límite municipal, no se ha podido realizar un plan  de desarrollo urbano (desconozco los motivos). De Este a Oeste no creo que lleguen a cuatrocientos metros, porque el resto del territorio que se extiende hacia el Oeste es la línea de servidumbre para el aterrizaje. En esa “enorme” parcela se concentra todo lo edificado en nuestro barrio de El Burrero. 
 
Como esta estricta y constante restricción urbanística, este vivir cercado entre alambradas,  este estrangulamiento territorial no los he entendido nunca, mis años y mi imaginación desbordante me llevan a la siguiente conclusión: más pronto que tarde toda la franja costera hasta el barranco de Guayadeque e incluso Vargas quedará anexionada a la Ampliación de una Base Aeronaval que satisfará plenamente los deseos de la OTAN. Sé que podrá parecer exagerado, pero  los indicios que hemos referido no me hacen pensar otra cosa.
 
Dejaré para la siguiente ocasión el hablar de otras cuestiones relacionadas con la playa que tienen que ver con los recuerdos, las vivencias, y el cariño que muchos usuarios le profesan. Cosas que me atraen más, pero hoy estaba casi obligado a dar prioridad a la nota de prensa.
 
Juan Ramón Hernández Valerón.
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.50

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.