Para que tu nombre no caiga en el olvido

Juan Ramón Hernández Valerón.

[Img #32956]Admirado y estimado Rafael Sánchez Valerón, Cronista Oficial de Ingenio:
 
Nunca antes había sido yo tan consciente del olvido que seremos. Por eso he querido hoy, un día antes de que se cumpla el primer aniversario de tu muerte, acordarme de ti para, con estas pocas líneas, poner en valor lo importante que fuiste para todos los habitantes del municipio de Ingenio. 
 
Permíteme que dedique este breve escrito a resaltar tu figura y tu aportación histórica a nuestro pueblo. No lo quiero hacer como un entendido en la materia, porque no lo soy, sino como un ciudadano que intenta valorar, hasta donde le alcanza su pobre saber y entender, lo que has aportado con tus conocimientos infinitos y tu desmedida pasión investigadora. No se me ocurre mejor manera de mostrarte mi enorme agradecimiento.
 
Son las 15:30 y, sinceramente, no sé cómo continuar, pues me embarga un sentimiento de pena y de nostalgia hacia el amigo que nos dejó. Son curiosas las cosas que nos pasan a los seres humanos. Pienso ahora que apenas hablaba contigo. Lo hacía ocasionalmente. Podían pasar meses sin vernos y solo tenía noticias de ti cuando leía algún artículo tuyo  en un periódico de las islas en el que escribías todas las semanas, o cuando te veía ocasionalmente en nuestra tele local o escuchaba tu fuerte y sonora voz alguna vez en la radio mientras iba yo conduciendo. Pero no importaba, aunque no nos viéramos con frecuencia yo sabía que estabas ahí, en tu habitación de estudio, enfrascado en la lectura de algún legajo, transcribiendo y pasando a ordenador lo que consultabas con tanto empeño, o escribiendo sobre Ingenio, su historia y sobre su gente. 
 
No dejo de pensar en lo contradictorio que somos los seres humanos. Dejamos que el tiempo transcurra a nuestro alrededor pensando que nuestros seres queridos, nuestros amigos, todos aquellos que queremos, van a estar siempre ahí, que en cualquier momento podemos echar mano de ellos. Luego, cuando ya no están, nos asalta la añoranza y echamos tanto de menos su presencia que se nos hace muy cuesta arriba aceptar su ausencia. Eso es justo lo que me ha pasado contigo. Y no dejo de sorprenderme de esta manera nuestra de entender las relaciones humanas. Y lo malo es que no le ponemos remedio.
 
Llevabas veinte o más años con tu labor investigadora, desde el día que te dio por curiosear en la historia de tu pueblo y el mío y te entró tal arrebato que te pasabas las horas buscando documentos en el Archivo Provincial relacionados con la historia de la Villa de Ingenio desde sus orígenes hasta la actualidad. Podías pasarte el día leyendo o escribiendo sin que nada importara lo que sucediera a tu alrededor. 
 
Tu mundo se redujo a un diálogo continuo con los personajes y hechos que sucedieron en la Vega de Aguatona. Los convertiste en tu refugio, en tu patria chica, en tu zona de confort. Te costaba dios y ayuda abandonar ese espacio tan querido para tener que ir a hacer alguna cosa que no fuera leer legajos y escribir. 
 
¡Cuánta energía! ¡Cuánto derroche de voluntad! ¡Cuánta sabiduría acumulada en tu persona! ¡Cuánta humildad encerrada en tu alto y delgado cuerpo! Parecías un hipnotizador cuando disertabas sobre algún tema histórico. Quedábamos embelesados con tus explicaciones, asombrados de que nos contaras los hechos de varios siglos atrás como si estuvieran sucediendo justo en ese instante.
 
Estimado Rafael (Feluco para nosotros): bastantes personas te habrán echado mucho de menos en todo este año, estoy convencido de ello, especialmente tus seres queridos más cercanos, tus amigos y conocidos. Ha sido raro pasar todo este tiempo sin leer un escrito tuyo en algún diario o revista, o escuchar tu voz inconfundible y tus didácticas explicaciones. El vacío que has dejado ha sido enorme y difícil de llenar. Los habitantes de Ingenio y Carrizal te echamos tanto de menos que parece que nos hemos quedado huérfanos. 
 
Con estas pocas líneas hoy solo he pretendido recordar no al amigo (¡como si fuera fácil!) sino al Cronista Oficial, al historiador e investigador durante veinticuatro horas al día. Lo he hecho también para que las lágrimas no broten raudas y me impidan decirte con palabras todo lo que te echamos de menos. Pero al instante  de escribir lo anterior me he acordado de una frase de Borges que alivia mi pena: “Solo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece”.
 
Descansa en paz, Rafael Sánchez Valerón, Cronista Oficial de la Villa de Ingenio. Siempre permanecerás en nuestro recuerdo.
 
Juan Ramón Hernández Valerón.
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.120

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.