María Morales Medina: la historia de una "partera" en la Arucas de mediados del siglo XX
- Escrito por Armando Pérez y Tejera
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- Publicado en Gentes e historia
Hoy, estimado lector, quisiera hacer un homenaje a aquellas mujeres que por no contar con conocimientos científicos de universidades no deben ser olvidadas de la historia de nuestros pueblos.
Homenaje a las parteras de Montaña Cardones que ayudaron a dar a luz a otras mujeres.
En Cardones, al igual que en muchas partes de España, cuando una mujer se ponía de parto se avisaba a la partera, “siempre eran mujeres bien amañás”, ya que la presencia del médico ha sido excepcional hasta mediados del Siglo XX.
No era raro encontrar varias generaciones de parteras (madre, hija, nieta) que aprendían desde jóvenes. Ejemplo de ésto fue Dña. María Morales Medina, mujer sencilla que ayudó a venir al mundo a casi 300 cardonenses. Ella lo heredó a su vez de su suegra Doña María González Morales.
Vivió Doña María una etapa de explotación laboral, los trabajos eran duros y mal remunerados y sin Seguridad Social.
María Morales fue una mujer de respeto en el pueblo y buena partera, no le gustaba que se perdieran las costumbres, el respeto y la unión familiar.
También fueron parteras de renombre, Dña. Dolores Medina (Tía Lola), Sionita (La Latonera).
Las parteras atendían con rudimentarios conocimientos, hierbas, sobadas, rezos.
Ser partera significa vida, luz, amor, trabajo, mujer, responsabilidad, confianza, esmero, amabilidad. Ésto era lo que las hacía indispensables y diferentes.
Las parteras fueron las herederas de la mujer médica prehispánica, las voceras de los dioses, las sacerdotisas de la vida, protectoras de la salud y consejeras de la pareja.
Era tan importante en otros tiempos la labor de estas mujeres, que hasta el Obispado de Canarias en 1706 y por Edicto episcopal reguló la formación doctrinal de las parteras donde se decía: “Mandamos a nuestros venerables vicarios y curas de nuestro obispado examinen en la forma de bautizar a las comadres y parteras para si están bien instruidas en dicha forma, y se informarán de la virtud y conciencia de dichas parteras, y tendrá grave cuidado cuando se haya bautizado criaturas en casa.”
La Real Audiencia de Canarias en 1790 notifica a las señoras Catalina Dávila, Josefa Verduga, Micaela Dávila y a Isabel Presunta que de querer ejercer el oficio de Matronas Parteras se presenten en el preciso termino de ocho días a examen ante el Cirujano titular de esta ciudad y del presente escribano con apercibimiento de que pasados sin hacerlo, se procederá contra las susodichas a lo que haya lugar por derecho como contraventores a las leyes y órdenes expedidas en esta administración; dijo su señoría Don Tomás Ruiz Gómez Bustamante, del Concejo de Su Majestad, su Regente en la Real Audiencia de estas islas, Juez Subdelegado del Supremo Tribunal del Real Protomedicato en ellas que firmo, doy fe.
La normativa del siglo XVIII y XIX recogía tres puntos que se consideraban principales y que debían de observar las futuras parteras en el ejercicio de su profesión.
Primero: Cómo deben portarse en los partos clandestinos, o con las mujeres que reciben en sus casas para parir de secreto.
Segundo: El cuidado que han de tener en hacerles recibir los Santos Sacramentos en caso de peligro.
Tercero: La gran atención en hacer la administración del Bautismo a los niños que nacen con poca esperanza de vida, circunstancias sin las cuales no cumplirán con su obligación y de que darán estrecha cuenta a Dios.
Además para ejercitar este Arte, se requiere ser buena cristiana, caritativa, prudente, aseada, muy exacta y cuidadosa con las parturientas, asistiéndolas con agrado, tomando a su cargo consolar con palabras cariñosas a las que están verdaderamente afligidas en su estado, haciéndoles saber el deseo que tienen de aliviar sus penas, guardarán secreto sin hablar directa ni indirectamente de ellas, observando el mayor sigilo en los casos necesarios, procurando olvidar hasta sus nombres; pues suele muchas veces por falta de esta precaución descubrirse alguna que goza de buena reputación, de lo que también serán responsables las Parteras.
El sábado 5 de mayo de 2007 siendo Alcalde de Arucas Don Ángel Víctor Torres Pérez se le dio nombre a una de las nuevas calles de una recién construida urbanización en el lugar conocido como “Los Naranjeros” del pueblo de Montaña Cardones a Doña María Morales.
Homenaje a estas mujeres, sus grandes acciones y su contribución desinteresada pasan sin reconocimientos y sin premios.
Mueren llevándose consigo un conocimiento y una experiencia preciosa, que sin embargo, se pierde en la historia.
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Estan hablando de mi Abuela q no llegue a conocerla pero diempre m hablaron muy bien de ella muchas gracias a todos.