El turismo, los yihadistas y Canarias territorio de paz
- Escrito por Felipe Enrique Martín Santiago
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- Publicado en Reportajes
Con el final de la II Guerra Mundial y los planes de recuperación económica de la Europa Occidental con el plan Marshall y de igual forma, el desarrollo de las líneas aéreas y la apertura de los mercados internacionales, tras el bloqueo que sufrió el régimen de Franco por la ONU. Los Estados Unidos preferían una dictadura militar, enfrentada abiertamente al comunismo, con un acuerdo bilateral que incluía la instalación de bases militaresen territorio español.
La revolución cultural de las suecas en plena dictadura franquista
En ese contexto, los países nórdicos, "el boom de las suecas", durante los últimos años de la década de los cincuenta del siglo XX, impulsaron el sector turístico moderno ligado a la contratación de vuelos chárter. En Gran Canaria, la zona entre el Parque de Santa Catalina y la Playa de Las Canteras, sufrieron una transformación urbanística para dar cobijo temporal al incipiente turismo de masas. El hotel Reina Isabel, el Imperial Playa, el hotel Gran Canaria de la playa Chica, son claros ejemplo de la incipiente industria turística moderna en Canarias.
Hotel Reina Isabel. Playa de Las Canteras
Con anterioridad, con el desarrollo del Puerto de La Luz y Las Palmas, a finales del siglo XIX (año de 1883), la presencia de la colonia británica , encargada de las obras portuarias, realizada por la compañía Swanston & Cía. En ese ambiente, entre la playa de las Alcaravaneras y el actual parque Doramas, se configuro un barrio inglés, de casas y hoteles al puro estilo colonial del Reino Unido, que denominamos Ciudad Jardín. El hotel Santa Catalina y el Metropole, junto con algunos que existían en la zona del centro comercial Monopol (barrio de Triana), simbolizan el desarrollo turístico ligado al imperialismo británico, siendo Canarias escala en la ruta a las colonias y lugar de recuperación de las enfermedades tropicales contraídas por sus ciudadanos. No nos encontramos aún ante el fenómeno del turismo de masas.
Para observar en todo su apogeo el desarrollo del turismo de masas tenemos que esperar a los últimos años de los años sesenta del siglo XX, con el desarrollo del proyecto Maspalomas Costa Canaria del Conde de la Vega Grande, don Fernando del Castillo, concurso abierto en el verano de 1960. El descendiente de la nobleza del Antiguo Régimen en Canarias, será el gran impulsor de lo que es hoy en día el Sur de Gran Canaria.
El hotel Faro de Maspalomas
Muchos grancanarios, con la butsi en el coche, el domingo muy temprano, íbamos por la carretera vieja al Sur. Haciendo parada en el cruce de Sardina para descansar y comprar unos pollos asados. Después de una odisea, los siete integrantes llevamos todo al gran árbol de la playa de San Agustín, debajo de La Rotonda, una de las primeras obras de la urbanización turística. Los más jóvenes los metíamos en la piscina de los apartamentos de Nueva Suecia, a la espera de ser echados de la urbanización. Luego comíamos la paella que hacía nuestro padre a la sombra del majestuoso árbol.
En los primeros años, sobre 1966, un gran descampado existía desde San Agustín al Faro de Maspalomas. Hoy en día es la mayor ciudad turística de Canarias.
Esta ligera reconstrucción de la historia del turismo para entrar de lleno en alguno de los fenómenos que influye sobre ella. La ley de la oferta y la demanda, los mercados que nos hacen la competencia y la situación política internacional.
El pasado jueves, 19 de mayo de 2016, el atentado contra el avión egipcio, volvió a poner en la palestra la problemática yihadista y sus técnicas para impulsar su expansión. Tienen claro que todo incremento de la crisis económica impulsará el yihadismo en toda la ribera del norte de África. De igual forma, toda acción terrorista en Europa pone de manifiesto que es un problema global. Nuestro archipiélago no es ajeno, la cercanía al continente africano, a zonas controladas por la guerrilla fundamentalista, nos deberíamos replantear nuestra política, en evitación de una crisis, aún mayor.
Lo ideal, lo utópico es solicitar una tierra de paz, desmilitarizada. Lo realista, realpolitik, la política o diplomacia basada en intereses prácticos y concretos, sin atender a la teoría o la ética, nos señala que debemos estar movilizados, con todos los órganos estatales pendiente de toda posible acción en nuestro territorio.
Al mismo tiempo, todo beneficio a corto plazo por la caída de reservas hacia el norte de África nunca será la solución deseable. Podemos sufrir en propia carne las consecuencias de cualquier acción terrorista, objetivo principal de las células yihadistas, atentar contra la economía de sus países y de los "infieles".
La mejora de resultados económicos de la industria hotelera tiene que estar relacionada con la innovación tecnológica, servicios de calidad, sol y playa, pero también espacios naturales, cultura, ocio.
Nunca deberíamos alegrarnos por el mal ajeno, somos objetivo de los yihadistas y tenemos que desarrollar la seguridad nacional para mantener un archipiélago de paz.
A mis alumnos del IES Las Huesas
Felipe Enrique Martín Santiago
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